El Gobierno municipal retomó recientemente los trámites ante Washington para avanzar en el proyecto de un nuevo cruce internacional, una gestión que desde hace casi una década busca posicionar a esta ciudad como un punto estratégico para el comercio y la movilidad fronteriza.
El alcalde Javier Perea confirmó que su administración volverá a presentar la solicitud del permiso presidencial, requisito indispensable para construir un puerto de entrada en territorio estadounidense.
Perea explicó que el procedimiento no es nuevo: la Ciudad entregó una primera solicitud durante la primera administración del entonces presidente Donald Trump, pero el proceso quedó detenido por falta de actualización en el estudio de impacto ambiental.
Aseguró que ahora, con modificaciones importantes en el flujo comercial de la región —incluido el próximo cierre de los carriles de carga en el puente Córdova-Américas por trabajos de remodelación que empezarán en el verano de 2026—, Sunland Park considera que las condiciones han cambiado de manera sustancial.
“Actualizaremos el estudio ambiental para reflejar el impacto que tendrá la reducción de tráfico en el puente De las Américas y el aumento que se prevé en Santa Teresa. Con eso presentaremos nuevamente la solicitud de permiso presidencial ante la administración actual”, señaló Perea.
El proyecto de Sunland Park ha sobrevivido a cambios de administración, ajustes presupuestales y criterios federales más estrictos. Durante años, funcionarios locales han sostenido reuniones con autoridades del Departamento de Estado, CBP y organismos de planificación regional para consolidar el expediente técnico.
La insistencia, afirma Perea, responde no solo a una demanda histórica de la comunidad, sino a una necesidad que se ha hecho más urgente: desahogar el tráfico comercial que actualmente satura los puertos de entrada de la región.
El cierre temporal de la carga en el puente Córdova-Américas y las exigencias vecinales de retirar los tráileres de zonas habitacionales aceleraron la discusión. Las autoridades locales sostienen que concentrar el comercio en áreas no urbanas es una solución más segura, ambientalmente responsable y compatible con el desarrollo a largo plazo.
Crecimiento en Santa Teresa
El puerto de entrada de Santa Teresa ha registrado un aumento constante de vehículos comerciales y particulares en los últimos años. Aunque el Gobierno estadounidense y México han coordinado mejoras operativas, las limitaciones persisten: hasta hace pocas semanas, un solo carril en el lado mexicano conducía al puerto, provocando filas de hasta 400 metros, informaron usuarios.
El crecimiento del tráfico comercial hacia Santa Teresa será aún mayor cuando los camiones que cruzan por El Paso busquen rutas alternas debido al cierre en Córdova-Américas. Funcionarios estiman que parte del flujo se distribuirá hacia Ysleta-Zaragoza, Tornillo y nuevamente Santa Teresa, infraestructura que ya opera al límite.
En este escenario, Sunland Park busca posicionarse como la válvula de alivio que permita reorganizar el transporte transfronterizo, aseguraron autoridades locales que estiman una inversión de entre 120 y 150 millones de dólares para su construcción.
Para Perea, el nuevo puerto de entrada beneficiaría no solo a su municipio —de más de 17 mil habitantes—, sino a todo el corredor económico que incluye El Paso, Las Cruces y Ciudad Juárez, entre otras comunidades aledañas del condado de Doña Ana.
“Lo que buscamos es una nueva oportunidad comercial que permita a la ciudad expandirse y aumentar ingresos. Pero esto no es para una sola comunidad; toda la región gana. Los puertos de entrada funcionan como un sistema: lo que ocurre en uno afecta a los demás”, puntualizó.
Beneficios para Ciudad Juárez
Del lado mexicano, se reconoce que el nuevo cruce también sería una opción para las colonias del oeste de Ciudad Juárez, como Anapra, donde las restricciones viales y rezagos económicos han limitado el acceso a oportunidades laborales y comerciales. La coordinación técnica con autoridades juarenses y del Gobierno federal mexicano, según Perea, ha sido constante durante años, particularmente para garantizar accesos adecuados y compatibilidad con el desarrollo urbano.
Desafíos y oportunidades
Más allá del proyecto internacional, la singular ubicación geográfica de Sunland Park ofrece una mezcla de desafíos y oportunidades. La ciudad alberga el Monte Cristo Rey, destino de miles de peregrinos cada año, y comparte frontera inmediata con México y el desierto de Nuevo México.
Estos factores han llevado a que los servicios de emergencia locales atiendan frecuentemente a migrantes heridos tras caer del muro o deshidratados tras cruzar áreas remotas. La Policía municipal —que no aplica leyes migratorias— ha colaborado con autoridades federales en la detección de casas de seguridad y actividades criminales.
Asimismo, los agentes de Sunland Park recibieron recientemente autorización para actuar más allá de sus límites territoriales, medida útil para enfrentar los tiroteos ilegales en el desierto, cuyos proyectiles han alcanzado viviendas en Santa Teresa, dijo Perea.
Objetivos del proyecto
De esta manera, la propuesta de construir un nuevo puerto de entrada en Sunland Park no solo busca reorganizar el tránsito comercial: también aspira a transformar el perfil económico de una ciudad que durante décadas ha enfrentado rezagos en infraestructura y oportunidades laborales.
Si el Gobierno federal aprueba el permiso presidencial —tras la actualización del estudio ambiental y la revisión técnica de agencias como el Departamento de Estado y CBP—, el proyecto permitiría: descongestionar los puertos de entrada de El Paso y Santa Teresa, reducir la presencia de transporte pesado en zonas residenciales, mitigando contaminación y ruido, impulsar el desarrollo urbano en el oeste de Ciudad Juárez y en Sunland Park, aumentar la competitividad regional en una zona donde la industria maquiladora y logística continúa creciendo, así como diversificar la economía local de Sunland Park, tradicionalmente limitada en ingresos municipales.
Perea insistió en que la frontera está ante una oportunidad que no debe desaprovecharse. “Estamos listos para avanzar. Este cruce representa desarrollo, orden y seguridad para toda la región. Seguiremos tocando puertas hasta obtener ese permiso”, aseguró tras destacar los esfuerzos que realiza su homólogo Cruz Pérez Cuéllar del lado mexicano.
Perea subrayó que, con un expediente actualizado y el respaldo de comunidades de ambos lados de la frontera, Sunland Park vuelve a colocar sobre la mesa un proyecto que podría redefinir la dinámica comercial y urbana de la región en los próximos años.
