El obispo católico de El Paso, monseñor Mark Seitz, presidente del comité sobre migración, cuestionó los intentos del procurador general de Texas de cerrar Casa Anunciación, una organización católica paseña sin ánimo de lucro que gestiona una red de refugios para migrantes desde hace décadas.
“Estamos muy preocupados por nuestra posibilidad de seguir teniendo la libertad de servirles”, dijo el prelado de El Paso en el marco de una reunión de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB) que se realiza en esta ciudad.
Los funcionarios del Gobierno infringirían la libertad religiosa si restringieran la labor de la Iglesia católica al servicio de los migrantes a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, agregó el arzobispo Timothy Broglio, presidente de la USCCB.
En la reunión surgieron repetidamente cuestiones relacionadas con la inmigración, como la larga espera para obtener visados para trabajadores religiosos.
“Obviamente queremos respetar la ley, pero si se restringe esa libertad, entonces sí, se está restringiendo nuestra libertad religiosa, porque no podemos poner en práctica los preceptos del Evangelio”, dijo Broglio durante una rueda de prensa el jueves.
Los líderes de numerosas organizaciones religiosas llevan mucho tiempo asumiendo la mayor parte de la atención a decenas de miles de migrantes a ambos lados de la frontera.
Los obispos estadounidenses que supervisan las diócesis a lo largo de la frontera están tratando de respetar tanto el Evangelio como la ley, dijo Broglio. Pero se muestra cauteloso ante la posibilidad de que la política del año electoral paralice cualquier avance hacia la solución de los problemas migratorios.